En 1994 tuve la oportunidad de conocer al Dr. Brian David Josephson. Josephson es un eminente físico galés, profesor de la Universidad de Cambridge y miembro del influyente Trinity College. Un físico con el suficiente prestigio como para que, en 1973, la Academia Sueca decidiese concederle el Premio Nobel de Física por sus predicciones teóricas sobre las propiedades de los superconductores, que hoy llevan su nombre: el efecto Josephson.
Pero en 1994 yo no coincidí con el Dr. Josephson en un congreso de física, ni en un seminario sobre electrónica, ni tampoco en un simposio sobre fractales o superconductores. El Dr. Josephson, tan libre de prejuicios como Newton, había decidido que en el ámbito de lo paranormal era posible encontrar elementos de interés para la ciencia, y había viajado a Madrid para participar, con otros audaces científicos, en el Congreso Mundial de Parapsicología que se celebraba en dicha ciudad.
Como otros miembros de la Royan Society, y como Newton antes que ellos, el Dr. Josephson considera que "si los científicos en general denuncian una idea, esto no necesariamente debe tomarse como prueba de que dicha idea es absurda, sino que hay que examinar cuidadosamente los motivos alegados para tales opiniones y juzgar si estos resisten un examen detallado". Para el Nobel de Física, "los físicos tratan de reducir la complejidad de la naturaleza a una teoría unificadora única, de las cuales la que ha tenido más éxito es la teoría cuántica, que se ha asociado con varios premios Nobel, por ejemplo, los de Dirac y los intentos originales de Heisenberg. Max Planck, hace cien años, para explicar la cantidad exacta de energía radiada por los cuerpos calientes, inició un proceso de captura, en forma matemática, de un mundo misterioso y elusivo que contiene "interacciones fantasmales a distancia".
Sin embargo, con bases objetivas suficientes para dar lugar a inventos como el rayo láser y el transistor. La teoría cuántica está siendo fructífera en combinación con las teorías de la información y la informática. Estos desarrollos pueden conducir a una explicación de procesos que todavía no se entienden dentro de la ciencia convencional, como la telepatía, un área en la que Gran Bretaña está a la vanguardia de la investigación.
Sin embargo, con bases objetivas suficientes para dar lugar a inventos como el rayo láser y el transistor. La teoría cuántica está siendo fructífera en combinación con las teorías de la información y la informática. Estos desarrollos pueden conducir a una explicación de procesos que todavía no se entienden dentro de la ciencia convencional, como la telepatía, un área en la que Gran Bretaña está a la vanguardia de la investigación.
Los mismos tradicionalistas de la ciencia, ínmovilistas y convencionales, que intentan ocultar la biografía esotérica de Isaac Newton, intentaron acallar la voz de Brian Josephson, acusándolo de charlatán, visionario y pseudocientífico... Pero ninguno de ellos tenía un Nobel para avalar sus razonamientos. Y Josephson, audaz y temerario, llegó a escribir: "la parapsicología debe convertirse ahora en un campo de investigación convencional, y sin embargo, las reclamaciones de la parapsicología no son aceptadas en general".
Más aún, el Nobel de Física, en 1973 se atrevió a comparar la situación e las teorías parapsicológicas con las audaces hipótesis sobre la deriva continental de Alfred Wegener, una revolución intelectual que inicialmente recibió el desprecio y la desconfianza de la comunidad académica, pese a la solidez de las pruebas que aportaba su teoría. Sólo tras su muerte, la comunidad científica aceptó que sus hipótesis, aunque audaces y transgresoras, eran correctas.
Para Josephson, exactamente eso es lo que está ocurriendo con hipótesis como la telepatía. "Muchos científicos se sienten incómodos con ideas como la telepatía, porque sus emociones se interponen en el camino". Desde el principio de los tiempos el misterio ha supuesto el verdadero motor de la ciencia.
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