La polémica atribución de ser un globo sonda al OVNI de Iñás reactivó una vieja polémica: ¿puede un globo sonda ser confundido con un OVNI como han pretendido los escépticos en miles de ocasiones?
Sorprendentemente no existe mucha bibliografía concreta sobre la dimensión ufológica del radiosondeo meteorológico, por eso hemos rescatado de nuestro archivo uno de los pocos textos publicados al respecto. El presente artículo, y ese es parte de su valor histórico, fue publicado por Manuel Carballal en el número 175 de la revista Karma-7, correspondiente al número de junio de 1987. Pero a pesar de que ha transcurrido muchos años desde su publicación, sigue conteniendo una información muy interesante y útil:
Sorprendentemente no existe mucha bibliografía concreta sobre la dimensión ufológica del radiosondeo meteorológico, por eso hemos rescatado de nuestro archivo uno de los pocos textos publicados al respecto. El presente artículo, y ese es parte de su valor histórico, fue publicado por Manuel Carballal en el número 175 de la revista Karma-7, correspondiente al número de junio de 1987. Pero a pesar de que ha transcurrido muchos años desde su publicación, sigue conteniendo una información muy interesante y útil:
Los tan traídos y llevados globo sonda se han convertido en una de las “justificaciones por norma” que esgrimen numerosos escépticos en materia de avistamientos OVNI. Desgraciadamente, a pesar de la enorme cantidad de libros existentes que tratan el ya denominado “problema número uno de la ciencia moderna”, son muy pocos los que estudian, o cuando menos plantean seriamente el tema de los globos sonda. Tema, a mi forma de ver, lo suficientemente importante como para que la investigación ufológica le preste un mínimo de atención.
Precisamente, para tratar de averiguar en lo posible si esos globo sonda podían, en algún caso, ser considerados OVNIs (partiendo de la base de que un OVNI es solamente un objeto que se desplaza o permanece estático en el aire, e inidentificado por él o los observadores), o en caso extremo ser confundidos con naves extraterrestres, tuvimos oportunidad de entrevistar a varios meteorólogos (con una experiencia de 20 a 30 años), del observatorio meteorológico de La Coruña. Así como presenciar y fotografiar algunos lanzamientos de los citados globos.
A pesar de que hoy en día estos globos se utilizan casi exclusivamente como medio de transporte de los radiosondas encargados de realizar los análisis meteorológicos, también fueron utilizados antiguamente para medir la altura del techo de las nubes. El globo era hinchado de manera que se elevase a una velocidad determinada, llevando consigo un farolillo. Después se soltaba, y se controlaba el tiempo que tardaba en desaparecer entre las nubes, calculándose así la altura de las mismas. Esto podía dar lugar a que cualquier persona pudiese ver una extraña luz en un objeto esférico que ascendía a considerable velocidad perdiéndose entre las nubes, es decir un típico avistamiento OVNI, pero también hay que tener en cuenta dos factores.
Primero, que el globo tiene una velocidad de ascensión de 350 metros por minuto, lo cual significa que es visible al ojo humano durante muy poco tiempo y desde una distancia no demasiado alejada, debido al tamaño de los globos. Y segundo, que las personas que viven cerca del lugar desde el que a diario se lanzan estos artefactos, están totalmente acostumbrados a verlos, y por lo tanto, perfectamente cualificados para identificarlos. Así pues, teóricamente para que el lanzamiento de uno de aquellos globos para medir las nubes, pudiese ser confundido con el despegue de un VED (Vehículo Extraterrestre Dirigido), debería darse la circunstancia de que el observador pasase por el lugar del lanzamiento a la hora del mismo, desconociendo que se haya en las cercanías de un observatorio meteorológico, y mirando en la dirección apropiada. Lo cual es posible.
Primero, que el globo tiene una velocidad de ascensión de 350 metros por minuto, lo cual significa que es visible al ojo humano durante muy poco tiempo y desde una distancia no demasiado alejada, debido al tamaño de los globos. Y segundo, que las personas que viven cerca del lugar desde el que a diario se lanzan estos artefactos, están totalmente acostumbrados a verlos, y por lo tanto, perfectamente cualificados para identificarlos. Así pues, teóricamente para que el lanzamiento de uno de aquellos globos para medir las nubes, pudiese ser confundido con el despegue de un VED (Vehículo Extraterrestre Dirigido), debería darse la circunstancia de que el observador pasase por el lugar del lanzamiento a la hora del mismo, desconociendo que se haya en las cercanías de un observatorio meteorológico, y mirando en la dirección apropiada. Lo cual es posible.
Creo interesante destacar, a pesar de que no tiene nada que ver con los globos, que antiguamente también se utilizaba otro método de medición de la altura de las nubes que podía dar lugar a ciertas confusiones. Se trataba de los clinómetros y sus respectivos proyectores. Los meteorólogos instalaban en el observatorio un potente proyector de luz, y a 300 metros del proyector un clinómetro, aparato encargado de medir el ángulo de la visual con la vertical del haz de luz que dirige el proyector contra las nubes. Esta proyección de luz hacía que desde el suelo pudiese verse una mancha amarillenta bajo las nubes, también interpretable como un OVNI.
Ambos métodos, según el Sr. Cabañó, uno de los meteorólogos entrevistados, dejaron de utilizarse hace casi 30 años. “…pero no quiero decir que no sigan usándose en algún sitio todavía, no lo se…”.
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