Son muchos los contactados que, entre las informaciones que nos aportan, incluyen incluso el nombre de los extraterrestres con los que aseguran haber establecido contacto. El contactado italiano Eugenio Siragusa, sin ir más lejos, afirmó haber establecido relaciones con los Elohim (o habitantes del Sol, según su libre interpretación) Link Adoniesis y Woodox, así como con los extraterrestres ltakar y Asthar Sheran. El peruano Sixto Paz hizo lo propio con el oriónida Oxalc, veinte años después del contacto que George Admski sostuvo con Orthon en Desert Center (California, EE.UU.). Turnar Axtrunglan, por su parte, es el ser "hidrogenal" con el que se comunican los integrantes del grupo español «Aproxix» afincado en Burriana (Castellón), mientras que Argowe es un extraterrestre del planeta "Panasfera" que, en los últimos años, ha venido comunicándose con el gallego Ismael Rodriguez... Todos ellos forman parte del amplio glosario de nombres propios que llena los dossieres del fenómeno contacto que manejan los ufólogos. Y todos ellos muestran, desde una perspectiva humana, incoherencias y contradicciones notables.
Estas entidades aseguran a sus elegidos que están muy cerca, vigilándonos. Afirman igualmente que han estado presentes en nuestra historia, observando descorazonados cómo destruimos nuestro mundo, y a nosotros mismos con él... pero sólo observando. Nos cuentan sus elegidos cómo mientras la peste, la guerra, el hambre o la muerte desgarraban el planeta Tierra, ellos «sufrían» viendo la macro-estupidez humana. No es difícil imaginarlos negando con la cabeza desde alguna de las ventanillas de la nave, contemplando la «colonización de América, la Guerra Mundial, el desastre de Hiroshima o la catástrofe de Chernóbil.
Ahora los contactados dicen: "la situación es hipercrítica y ya no queda tiempo para enmendar lo errado". Según éstos, hemos de prepararnos para evacuar el planeta azul, que es —según los mensajes— «el más hermoso de la Galaxia». Debemos, pues, disponernos a huir a Ganímedes, Marte, Erra (el planeta de los pleyadianos que contactan con el suizo Billy Meier), la Luna Negra, Apu, o a alguno de esos fríos, mecánicos y cibernéticos mundos.
Así, los contactados anuncian el inminente apocalipsis, entrenándose para una rápida evacuación, o construyendo refugios para el cercano «fin de la Humanidad».
Las psicografías, vasografías, mensajes telepáticos y revelaciones mediúmnicas se atropellan, contradictorias, dictándonos las pautas a seguir para salvarnos del inminente Armagedón.
Pero mientras los "elegidos", también definidos por los extraterrestres como los más «cualificados espiritualmente para recibir nuestros mensajes», garabatean miles de páginas invocando la fraternidad, el amor y la paz para los hombres, cientos de personas, que no saben nada de «Ellos» trabajan en la sombra, ejerciendo la esencia de dichos mensajes sin conocerlos: asistentes sociales, misioneros, donantes de sangre, voluntarios ecologistas y demás «terrestres extra» (que no extraterrestres), que hace años vienen luchando contra el hambre, la enfermedad, el dolor y el sufrimiento sin preocuparse por preparar su huida del planeta en naves alienígenas.
Observamos anonadados cómo mientras esta «gente espiritual» (los contactees) hablan y hablan de la salvación, la «Nueva Era» y los «mundos de luz», son personajes anónimos quienes realmente crean y luchan por una nueva era día tras día, dedicando su tiempo y su esfuerzo a amar a sus semejantes. ¿Sabrán estos visitantes cuántos vagabundos existen sólo en el mundo? ¿Conocerán el número de portadores del SIDA? ¿Tendrán conocimiento de las manipulaciones de la salud que sufrimos? ¿Acaso ignorarán las ventas de niños, o sus asesinatos en masa? Imaginamos que no, pero claro, suponemos igualmente que ellos no habrán sufrido nunca un cáncer, ni les habrán amputado miembros, ni habrán pasado hambre... E imaginamos, igualmente, que seguirán emitiendo telepáticamente sus mensajes desde ahí arriba, desde sus naves. Dictando miles de páginas a sus contactos sobre la paz, el amor y las «cosas espirituales»... Pero mientras, aquí abajo existen personas que se implican, que participan y que luchan —quizás utópicamente—, pero con sus energías por salvar lo insalvable.
UN MENSAJE A LOS EXTRATERRESTRES
¿Qué podemos pensar ante este panorama? ¿Acaso debemos invitar a esos extraterrestres a que consuman sus planes de evacuación y dejen aquí en la Tierra a los verdaderos luchadores? Sea como fuere, imaginamos que las promesas de salvación, las instrucciones dadas para la construcción de «arcas» o refugios para los «elegidos», y los planes de evacuación, no son más que una parte más del engaño al que parecen que están sometiendo estos contactadores a la Humanidad, desde hace siglos. El adagio español «una de cal y otra de arena» se cumple aquí a la perfección, aunque sigue sorprendiéndonos la ingenuidad de la que pecan los receptores de esta información revelada.
Personalmente, si me viera obligado a elegir ante el panorama que nos dibujan los extraterrestres del futuro de nuestro planeta, preferiría quedarme aquí. No ser evacuado. Como tampoco lo serán los millones de personas en el mundo que no conocen las doctrinas salvacionistas dictadas por los extraterrestres, ni saben aplicar los planes de evacuación.
¿Es esto la «justicia cósmica» que tanto pregonan los textos revelados? Si este es el caso, prefiero quedarme aquí trabajando por la Humanidad, y ayudarla —desde dentro— a crecer y evolucionar. Y ello, renunciando antes a los cobardes planes de evacuación que plantean no pocos contactados.
© Carballal,1991
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