Resulta comprensible que muchos parapsicólogos de prestigio sean a la vez consumados expertos en ilusionismo. David Pérez, por ejemplo, fue el ganador del último concurso español de mentalismo celebrado en Barcelona, y además es uno de los fundadores y pilar fundamental, junto con Enrique Echazarra, del Centro de Estudios e Investigaciones Parapsicológicas y Ufológicas (CIPU) de Vitoria.
En el último Congreso Mundial de Parapsicología celebrado en España, el conocido parapsicólogo Robert Morris, profesor de Psicología y Director del Área de Parapsicología de la Universidad de Edimburgo dio una documentada conferencia sobre los fraudes y trucos que rodean la parapsicología, y la cruel utilización que del mentalismo hacen algunos supuestos dotados para lucrarse. Otros, como Robert Torquet, incluso llegaron a la parapsicología desde el ilusionismo, intentando ver nuevos trucos posibles y encontrándose con auténticos fenómenos paranormales. El famoso parapsicólogo, sacerdote y consumado mentalista Oscar Gonzalez-Quevedo no necesita presentación. Y es que independientemente de que un fenómeno paranormal pueda reproducirse fraudulentamente, eso no demuestra que sea necesariamente un fraude.
Hace un par de años yo mismo tuve la oportunidad de realizar varios experimentos de telequinesis, fitopsiquismo, ESP, etc, con el sensitivo israelí Uri Geller, blanco de las criticas apriorísticas de casi todos los ilusionistas del mundo. Con materiales que nosotros le facilitamos minutos antes de cada experiencia Uri Geller dobló tenedores de acero, movió una brújula sin contacto, reparó relojes averiados, hizo germinar una semilla, etc. Yo mismo podría reproducir a través de efectos de mentalismo todos esos supuestos fenómenos, sin embargo me resulta absolutamente imposible reproducir las experiencias de telepatía que efectuamos con él.
Existen muchos efectos de telepatía en el mentalismo, pero todos necesitan unos requisitos básicos que no existieron con Uri Geller. Y en ese sentido debo coincidir con el polémico Randi, quien también afirma que puede reproducir todos los supuestos poderes psicocinéticos de Uri Geller, menos sus experiencias telepáticas. A pesar de ello los críticos de Geller hacen oídos sordos a esa excepción y continúan considerando al israelí como un ilusionista embaucador y a Randi como una especia de paladín de la verdad y la racionalidad. Son los devotos incondicionales del "Mahatma Randi" que aceptan a priorí sus afirmaciones con exactamente el mismo dogmatismo con el que los seguidores de cualquier gurú, médium o contactado aceptan su discurso mesiánico. Y es que los extremos se tocan...
Otro de los elementos que el investigador debe tener en cuenta es que algunos fenómenos físicos, que con frecuencia han estado limitados al contexto religioso o supersticioso, pueden ser utilizados por los mentalistas disfrazados de esa misma apariencia sobrenatural. En estos casos no hay truco, simplemente se disfraza un fenómeno natural con una apariencia mistérica.
Antonio de Armenteras en su "Historia de la Magia", por ejemplo, aplica los complejos mecanismos de las levitaciones clásicas a efectos de hipnotismo como la "catalepsia en el aire". Como es sabido, uno de los trucos clásicos de levitación consiste en una especie de armadura rígida que el levitante lleva bajo la ropa, y que fijada a un punto de apoyo permite que, sustentado en una grúa invisible al espectador, de la impresión de que el cuerpo rígido levita. En hipnotismo de espectáculo es fácil ver experiencias similares en que el sujeto es colocado sobre dos sillas, e incluso puede romperse ladrillos en su vientre, o sentarse otras personas sobre él sin que el cuerpo se doble. Sin embargo Armenteras resulta demasiado convencional, ya que es posible (yo lo he hecho) realizar ese ejercicio seleccionando entre los presentes un sujeto joven y atlético cuya natural capacidad muscular le permitirá adoptar esa posición sin ningún tipo de ayuda mecánica adicional. El roll que el seleccionado asume al participar en el número, siguiendo nuestras indicaciones dócilmente, permite un efecto de hipnotismo muy espectacular que no tiene nada de paranormal ni de hipnósis, es simplemente un fenómeno fisiológico bien conocido por los médicos.
Lo mismo ocurre con los caminantes sobre el fuego ("pirovasia" en parapsicología), por citar otro ejemplo. En un capítulo de la serie "Mundo Misterioso", quemamos una tonelada de leña y preparamos una alfombra de brasas (5 metros) que cruzamos, con los pies descalzos, hasta siete personas. La mayoría jamás habíamos hecho nada parecido, pero nuestro objetivo era precisamente demostrar que cualquier persona, con una técnica elemental, puede caminar descalzo sobre brasas ardientes. El fenómeno no tiene nada de sobrenatural ni de parapsicológico, se trata de un fenómeno físico, impresionante pero totalmente natural. Sin embargo, con una buena puesta en escena, puede resultar un efecto de mentalismo absolutamente espectacular. El fakirismo de escena está lleno de ejemplos...
Por todo ello resulta muy importante la formación física y química del investigador, ya que en esas ramas de la ciencia (sobretodo en la química) radican las bases de muchos efectos de ilusionismo que pueden pasar por fenómenos sobrenaturales sin necesidad de manipulaciones ni trucos mecánicos. Agua convertida en vino, liquido "congelado" paranormalmente, sangre que mana de una imagen religiosa...todo es posible a través de la "magia química".
Imaginación sin limite
Resulta difícil hablar de ilusionismo sin mencionar al increíble David Kotkin (más conocido como David Copperfield).
Nacido en New Jersey hace 38 años, Copperfield se inició en el espectáculo a través de la ventriloquía. A los 10 años comenzó a hacer trucos de magia para sus amigos, y a los 18 estrenaba un musical con efectos de ilusionismo.
Copperfield está considerado el ilusionista más espectacular del mundo utilizando todo tipo de disciplinas: escapismo, cartomagia, prestiligitación, micromagia, mentalismo, etc. Pero lo que le ha dado un renombre mundial son sus "grandes ilusiones"; ha hecho desaparecer un avión y la Estatua de la Libertad, se escapó de la prisión de Alcatraz, atravesó la Gran Muralla China... pero algunas de sus ilusiones superan todas las descripciones de fenómenos paranormales. Su "resurrección" de la "Sierra de la Muerte" nada tiene que envidiar a la del Lázaro bíblico, y su "levitación" (un auténtico vuelo humano) supera con mucho todos los vuelos de D.D. Homme o San José de Cupertino. En el caso de Copperfield no se trata de que pueda reproducir magicamente fenómenos paranormales, sino que los supera con creces.
De la misma forma el mentalista David Berglas "adivina" el futuro cuan Nostradamus contemporáneo, el escapista Todd A. Martin se fuga de una caja arrojada desde un avión a 4.000 metros, etc.
Estos ejemplos ilustran hasta que punto los buenos ilusionistas puede convertirse en auténticos monstruos de poderes inconcebibles, no iguales, sino superiores a cualquier paragnosta auténtico. Por eso es tan importante conocer esta asignatura pendiente de la parapsicología.
Con frecuencia los grupos de escépticos se amparan en estas ilusiones prodigiosas para atacar ferozmente las investigaciones paranormales, considerando a los estudiosos ingenuos ignorantes capaces de creer todo lo que ven. Y por desgracia no les falta razón en muchos casos, ya que las investigaciones psíquicas adolecen del amparo científico que disfrutan otras disciplinas académicas. El hecho de que la parapsicología no sea una disciplina académica en España, por citar un ejemplo, limita los estudios a aficionados que, disponiendo de medios totalmente pauperrimos, intentamos indagar en el mayor enigma de la naturaleza: el cerebro humano. A causa de ese desinterés, cuando no ataque desenfrenado de la comunidad científica para con la parapsicología, la mayoría de los investigadores limitan su "instrumental de trabajo" a una grabadora, una cámara de fotos y un cuaderno de campo. "Herramientas" que pueden ser útiles, por ejemplo en ufología, pero que en parapsicología resultan absolutamente ridículas. Para el científico el hecho de que él presencie un fenómeno no demuestra que ese fenómeno sea real. Ha de medirlo y contrastarlo. El dicho popular "ver es creer" no sirve ante el mentalismo, ya que lo que vemos no se corresponde con la realidad.
En muchas ocasiones, como en la experiencia de la Universidad de La Laguna que citaba al comienzo, alguien se me acerca para preguntarme ¿no será que usted realmente tiene poderes y hace esto para desmitificar?. Esto también es una constante. Algunos autores de libros sobre parapsicología han llegado a escribir de los magos:
"Algunos de sus números son trucos, pero que otros se basan en poderes especiales que no pueden revelar debido a lo que he dado en llamar la Razón Esotérica; su divulgación causaría una gran conmoción y su mal uso podría ser pernicioso....".
Alucinante...
"Algunos de sus números son trucos, pero que otros se basan en poderes especiales que no pueden revelar debido a lo que he dado en llamar la Razón Esotérica; su divulgación causaría una gran conmoción y su mal uso podría ser pernicioso....".
Alucinante...
Realmente todos los fenómenos paranormales pueden reproducirse fraudulentamente a través de efectos mágicos, pero siempre según ciertas condiciones que el mago no puede superar. Por esa razón es necesario que el buen parapsicólogo pueda aislar esas posibilidades de manipulación para evitar trucos de ilusionismo.
Por otro lado algunos mentalistas han rendido una encomiable ayuda a la parapsicología a la hora de desenmascarar falsos videntes y timadores psíquicos, como el reciente caso de la argentina Mª Teresa Gímenez condenada judicialmente por estafa gracias a las demostraciones que el ilusionista Enrique "Kartis" Carpinetti hizo ante el fiscal, enseñando como la falsa bruja "desmaterializaba" los billetes de sus cándidos clientes.
Ante todo lo expuesto es evidente que tán dogmático resulta afirmar que todo fenómeno paranormal que veamos es auténtico, como sentenciar que todos los sensitivos y paragnostas son unos timadores. Ambos extremos, crédulos y negativistas, son idénticos en su fundamentalismo, solo que unos profesan devoción a Sai Baba (por ejemplo) y los otros al "Mahatma Randi".
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