“Miradla, mirad su belleza –“El Comadreja” gritaba desde la plaza del Zócalo señalando las ruinas arqueológicas de Tenothtitlan que rodean a la Catedral de México-. Intentaron sepultarla construyendo sobre ella sus iglesias. Quisieron enterrarla bajo sus cruces. Pero no pudieron acallarla mas tiempo, y ha salido de las entrañas de la tierra para recordarnos nuestro pasado... y nuestro destino”.
El guerrero mexica, que cada tarde alienta a los mexicanos a reivindicar su pasado azteca, contra la imposición cultural española, se refería a una de las diosas más importantes del panteón mexica: Coyolxauhqui. La noche del 20 al 21 de febrero de 1978, y mientras un grupo de trabajadores de la compañía eléctrica excavaba un pozo en la esquina de las calles Guatemala y Argentina, al lado de El Zócalo, encontraron una colosal piedra labrada con la imagen de la diosa. La insólita pieza, un disco semiovalado, de tres metros de diámetro, representa a la hermana de Huitzilopoehtli –el gran Dios azteca-, hija de Coatlucue. Asociada, según unos a la Luna y según otros a la Via Láctea.
El accidental descubrimiento de esta diosa, en ese emplazamiento tan especial (a pocos metros de donde fue descubierto el Gran Calendario del Sol), ha sido interpretado como una señal por muchos de los movimientos de resurgir mexica en México. Y especialmente, por la sección femenina de estos movimientos. Ya que la mujeres están adquiriendo un creciente protagonismo en la nueva cultura azteca del siglo XXI.
Solamente en el Códice Borgia encontramos detallada la concepción de ocho diosas, que engrosaron el panteón mexica: Tlazolteotl, Xochiquetzal, Mayahuel, Chalchiuntlicue, Cihuateotl, Itzpapalotl, Cántico y Mictlancihuatl, cuyas representaciones, en las diferentes secciones de dichoCódice ocupan un total 180 iconos.
En el caso de estas diosas, es oportuno especificar que se trata de ocho avatares del principio femenino de la divinidad cósmica andrógina Ometeoctl “Dios de la pareja”, a quien los autores hemos encontrado en nuestros viajes por otros países centroamericanos.
De todas esas diosas sin duda Tlazolteotl es una de las más importantes. Gran parturienta, se la asocia a la Gran Madre Tierra, representada con los senos plenos y pliegues en el vientre, como la madre que acaba de parir. Representada en 57 imágenes del Códice Borgia, es venerada especialmente por algunas de las mujeres-guerrero que encontramos en el resurgente movimiento mexica en México.
Con algunas de esas mujeres-guerrero tuvimos la oportunidad de compartir experiencias iniciáticas, como los poderosos rituales del temascal... y para vergüenza de nuestro orgullo machista, no fuimos capaces de igualar su resistencia y fuerza física. Y es que en su última expresión Tlazolteotl incorpora el arquetipo de la guerrera, inventora del temascal (agotadores baños de vapor en un contexto chamánico).
Así pues, estaba claro que dos blancos europeos no teníamos ninguna oportunidad de vencer la resistencia de las hijas de Tlazolteotl en su propio terreno...
En el caso de estas diosas, es oportuno especificar que se trata de ocho avatares del principio femenino de la divinidad cósmica andrógina Ometeoctl “Dios de la pareja”, a quien los autores hemos encontrado en nuestros viajes por otros países centroamericanos.
De todas esas diosas sin duda Tlazolteotl es una de las más importantes. Gran parturienta, se la asocia a la Gran Madre Tierra, representada con los senos plenos y pliegues en el vientre, como la madre que acaba de parir. Representada en 57 imágenes del Códice Borgia, es venerada especialmente por algunas de las mujeres-guerrero que encontramos en el resurgente movimiento mexica en México.
Con algunas de esas mujeres-guerrero tuvimos la oportunidad de compartir experiencias iniciáticas, como los poderosos rituales del temascal... y para vergüenza de nuestro orgullo machista, no fuimos capaces de igualar su resistencia y fuerza física. Y es que en su última expresión Tlazolteotl incorpora el arquetipo de la guerrera, inventora del temascal (agotadores baños de vapor en un contexto chamánico).
Así pues, estaba claro que dos blancos europeos no teníamos ninguna oportunidad de vencer la resistencia de las hijas de Tlazolteotl en su propio terreno...
Algunas de ellas ya están inculcando a sus hijos una nueva forma de entender la vida. Tal y como la concebían, hace siglos, los antiguos guerreros mexicas. Y ellas serán las madres de los guerreros mexicas del siglo XXI.
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