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¿QUIÉN FUÉ CARLOS CASTANEDA?

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AVISTAMIENTOS EN TIKAL: EL ESPERADO RETORNO DE LOS DIOSES


En islas como Cuba, Jamaica o especialmente Puerto Rico, la casuística OVNI se han multiplicado por cien en los últimos años. En mi opinión ello se debe al mayor aperturismo periodístico, y al creciente interés por el fenómeno en esos países. Sin embargo otros investigadores opinan que, cada vez se producen mas casos, para “mentalizar al pueblo antes del retorno de los dioses”. Y es que las leyendas tradicionales mayas, olmecas, tainas, incas o aztecas, entre otras, hablan del retorno de los dioses, al final de los tiempos, en sus carros voladores.

Ya en el interior del continente la situación no es diferente. En países como México, Argentina, Chile, Guatemala, etc, el número de casos se incrementa en cada año. La desbordante oleada OVNI de México ha trascendido ya sus fronteras, y comienzan a proliferar los grupos y sectas religiosas, inspiradas en las antiguas religiones maya o azteca, que profetizan un inminente retorno de los Dioses. 

Y es que el fenómeno OVNI, mal que les pese a sus detractores, es ya un fenómeno psicosocial imposible de erradicar de la cultura occidental. Y ni siquiera el mundo de las religiones tradicionales o del chamanismo es ajena a él. Puedo apuntar, como mera anécdota que, cuando hace unos años tuve la oportunidad de conocer personalmente al famoso y legendario antropólogo Carlos Castaneda (autor de la mítica saga de Don Juan Matus) le pregunté si alguna vez el Nahual Yaki Don Juan le había hablado de los OVNIs. Castaneda me respondió que incluso él mismo había podido ver en alguna ocasión, en compañía de Don Juan Matus, extrañas luces en los cielos del desierto Mexicano...


A lo largo de varios países recorridos en mis investigaciones he podido constatar la presencia de eso que llamamos OVNIs, asociados a importantes emplazamientos arqueológicos en los que se ha profetizado el retorno de los dioses tradicionales.

La selva de El Petén, por ejemplo, se extiende desde el estado mexicano de Chiapas hasta la frontera con Belize, ocupando 35.854 metros cuadrados de selva tropical guatemalteca. Entre su frondosa vegetación se esconden todavía muchos secretos. Por algo la selva de El Petén posee más sitos arqueológicos que cualquier otro lugar en Latinoamérica, lo que no es de extrañar ya que se han encontrado evidencias de núcleos poblados desde la prehistoria, así como restos de grandes centros urbanos y ceremoniales desde el 600 a.JC.

Pero, de todos esos lugares arqueológicos, que se agazapan entre la selva tropical de El Petén, sin duda la perla histórica por excelencia es la capital del imperio Maya durante años; la ciudad de Tikal.

Oficialmente el descubrimiento de Tikal se atribuye a Modesto Méndez Guerra, Corredor de El Petén, quien el 23 de febrero de 1848 comando una expedición en busca de antigüedades, hasta la ciudad de Tikal, donde permaneció 8 días, hasta el 3 de marzo, declarando la redescubierta capital maya como patrimonio propiedad de Guatemala. Pero en realidad Méndez acudió a Tikal gracias a Ambrocio Tut, quien se había encontrado las ruinas de Tikal mientras realizaba su trabajo como leñador en la selva, notificando al Corregidor su descubrimiento.

Las excavaciones arqueológicas han rescatado de las entrañas de la selva buena parte de los colosales templos mayas de Tikal, aunque buena parte de ellos aún permanece bajo tierra. Y muchos otras otras sorpresas aguardan ocultas en esos bosques, ya que constantemente los arqueólogos deben reenunciar sus teorías tradicionales ante los nuevos descubrimientos.

Según pudimos averiguar en Peten, solo 3 meses antes de nuestra llegada una excavación arqueológica en la capital del Mundo Maya de Tikal había realizado un revolucionario descubrimiento: los mayas conocían los metales.

El descubrimiento fue realizado por un equipo de arqueólogos de la Universidad de Pensilvanya (USA), principales investigadores del conjunto arqueológico de Tikal, en la selva de El Petén, desde mediados de siglo.

Según nos informaron componentes de el equipo de excavación de Tikal, los arqueólogos norteamericanos utilizaron detectores de metales en diferentes puntos del complejo maya, descubriendo, en la zona conocida como “Naranjas Agrias”, y a tres pies de profundidad, gran cantidad de elementos de metal, como machetes, cuchillos, hachas, etc, que en estos momentos están siendo analizados en la universidad americana.

De confirmarse este descubrimiento, que los arqueólogos norteamericanos aún no han hecho público, debería repasarse nuevamente nuestra concepción de la historia, ya que los mayas se convertirían de pronto en poseedores de conocimientos que no se les suponían hasta ahora. Y en los templos de Tikal aún nos aguardan muchas sorpresas.

En esos templos todavía hoy se dan cita los indígenas, herederos de la tradición maya, que se reúnen varias veces al año para hacer su ritos ancestrales, invitando a los dioses a regresar a sus altares. Y, para su sorpresa, en alguna ocasión los “dioses” han atendido sus súplicas...

El pasado 1 de diciembre, por ejemplo, varias docenas de personas que se encontraban en los alrededores del Templo de la Serpiente Bicéfala, a las 5 de la madrugada, pudieron asistir a un increíble espectáculo. Luis Oliveros, uno de los expertos guías de Tikal, que ha participado en diferentes excavaciones arqueológicas en El Petén, nos describía así su experiencia:

“Estabamos una docena de personas en el Templo IV y había más en otras partes del parque. De repente se iluminó todo el cielo y apareció una esfera muy grande, más que la Luna Llena y completamente blanca. Cruzó todo el cielo y desapareció de repente, pero dejó una gran estela, como una calle de luz dibujada en el cielo, que permaneció visible unos tres minutos. Algunos incluso pudieron tomar fotos”.

La experiencia de Luis no fue la única ni la más increíble. En Tikal se han producido otros muchos avistamientos y, lo que es más sorprendente, incluso el aterrizaje de estas naves en plena Gran Plaza. “Hace unos años, según relatan otros especialistas de Tikal, como Luis A. –que actualmente trabaja en las ruinas mayas en Belize- uno de esos aparatos aterrizó en la Gran Plaza, entre los templos I y II. Afortunadamente dejó un gran marca en el suelo, con todo el piso aplastado y chamuscado, que pudieron ver muchas personas durante días, de lo contrario nadie creería que los dioses habían regresado.

Avistamientos similares se han producido en otras partes del país. Algunos incluso han sido filmados y fotografiados. Pero resultan especialmente llamativos los que se han producido en torno a los majestuosos lagos Atilán y Amatitlán donde, para nuestra sorpresa, nos encontramos otra no menos fascinante leyenda...

Desde hace al menos 27 años, en estos lagos se vienen documentando los avistamientos de un extraño monstruo, así como la presencia de no menos misteriosas luces que surgen de las aguas.

En agosto de 1994 un grupo de investigadores guatemaltecos de lo paranormal, se desplazaron hasta el lago Amatitlán para estudiar los relatos sobre la aparición del extraño monstruo del lago que, según algunos testigos, incluso habría llegado a atacar a algunos pescadores de la zona.

Una encuesta realizada por Alvin D. Palacios, entre los habitantes de diferentes pueblos de pescadores que bordean todo el perímetro del lago, como Morlón, Tacatón, Los Rios o El Caballón, arrojó el siguiente resultados; más del 70% de los nativos encuestados afirmaban creer firmemente que la existencia del monstruo del lago Amatitlan es una realidad. Algunos, además, habían visto OVNIs. El resultado de esa investigación se publicó en la revista Gaceta, cosa que no agradó demasiado a las compañías inmobiliarias que pretenden urbanizar el lago, y lo mismo ocurre con el lago Atitlán. Ambos importantes emplazamientos turísticos de Guatemala que, en opinión de los especuladores, podrían devaluar sus posibilidades económicas, si se atemoriza a los posibles inversores con la historia de un monstruo gigantesco oculto en las aguas del lago. No deja de ser curioso que en algunas de las playas que bordean esas aguas nos encontrásemos carteles que exhortan a los niños a no acercarse a las mismas con un contundente: “Prohibido Jugar en la Playa” ¿temor al monstruo de lago, quizás?

El Dr. Oscar Rafael Padilla Lara, presidente de AINECFOV (Asociación de Investigación y Estudio Científico del Fenómeno OVNI), dirigió una posterior investigación en torno al legendario monstruo del lago, encuestando nuevamente a pescadores y vecinos de la zona, y manteniendo puntos de observación en torno a los lugares de aparición del supuesto ser, lo curioso es que, además de reunir testimonios sobre la supuesta “serpiente gigante” que se conservaría en esas aguas, se encontró con testigos de la aparición de extrañas luces de origen desconocido surgiendo de las mismas. Tal es el caso de Hector René Abboud Guerra, uno de los muchos testigos que ha visto salir de las aguas del lago Amatitlán extraños objetos luminosos. Lo mismo ha ocurrido en otros lagos guatemaltecos, como el Atitlán según hemos podido confirmar.

Según nos confesaba Oscar Padilla, su convencimiento de que los antiguos dioses mayas eran en realidad extraterrestres es total. Como los es su identificación de los modernos ovnis con aquellos dioses legendarios, ocultos, entre otros lugares, bajo las aguas de los lagos guatemaltecos.

© Carballal, 1998



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