Existen miles de detractores y defensores que especulan sobre su origen. Miles de libros presentan diferentes hipótesis sobre su naturaleza. Programas de radio y televisión de todo el mundo ha debatido sobre su existencia. Y a pesar de que todavía exista quien dude de la realidad objetiva del fenómeno OVNI, este ha desplegado una nueva faceta; la social.
Sean de origen terrestre o extraterrestre, con intenciones positivas o negativas, tripulados o teledirigidos, fisicos o etéreos, reales o imaginarios, lo indiscutible es que los OVNIs e incluso los míticos extraterrestres, conviven diariamente con nosotros. Basta encender la televisión o abrir un periódico para encontrar alguna alusión al mito extraterrestre.
Mortadelo, Carpanta o los teleñecos son sustituídos gradualmente en el subconsciente de nuestros niños por ET., Starman o el entrañable Tupí.
Y es que los alienígenas se han convertido en el fenómeno sociológico más espectacular de este siglo.
No es extraño pues que avispados comerciantes utilicen la imagen de "Platillos Volantes", extraterrestres o incluso la palabra OVNI, UFO o Alíen, como marca distintiva.
¿Porque habríamos de sorprendernos al encontrarnos en las tarjetas postales de la última Navidad a Papa Noel a bordo de un Platillo Volante en lugar de sus característico carro de renos? ¿O porqué extrañarnos al ver como diferentes publicistas sugieren a sus clientes motivos como forma OVNI para ampliar sus ventas?
Desde nuevos coches, de compañías italianas, americanas, etc. hasta marcas de pintura, de diseños de despertadores a grupos musicales o lámparas de mesa, podemos toparnos las discoidales figuras de los UFOs en todos los campos comerciales.
En el colmo del esnobismo, ya es posible enfundarse en unos vaqueros UFO, mientras escuchamos al grupo rock del mismo nombre, comernos una hamburguesa OVNI o Platillo Volante, tomarnos un café en un kiosco con forma de nave alienígena o en el Café OVNI y terminar el día bailando en la discoteca Tercera Fase o en cualquier sala de fiestas aderezada con pinturas de Platillos y Discos Voladores.
Puede resultar, hasta cierto punto comprensible, qué algunos casos clásicos de la historia de la ufología internacional hayan sido reflejados por avispados comerciantes en sus productos. De hecho en la actualidad podemos encontrarnos las históricas "naves venusianas" de George Adamski en simpáticos mecheros "made in Japon"; o los no menos fascinantes "OVNIs pleyadianos" de Billy Meier en divertidas maquetas de "armar y jugar" para los niños americanos; incluso podemos adquirir coloridas camisetas ilustradas con los alienígenas de Whitley Strieber o los fantásticos UFOs del caso Gulf Breeze.
Y digo que esto es hasta cierto punto comprensible ya que, generalmente, la experiencia OVNI acarrea un importante factor emocional en los testigos. Tanto es así que incluso han llegado a crearse monumentos al OVNI. En España el primero fue realizado en Vigo por el peluquero del Rey Don Juan Carlos I, Juan Minguela.
Al fin y al cabo el desconcertante fenómeno sociológico en que se esté convirtiendo el enigma OVNI no es más que un reflejo de nuestros anhelos e inquietudes inconscientes.
© Carballal 1987
Comentarios
Publicar un comentario