Si bien el incidente del 27 de julio supone el último caso OVNI reportado por un controlador, pocas semanas antes se producía, aparentemente otro incidente similar en la Torre de Control de Sevilla.
El pasado 5 de julio, y durante la "Noche de los Cazadores de OVNIs" que organizó una prestigiosa revista, alguien que se presentaba como el controlador aéreo de servicio telefoneaba al programa Turno de Noche para reportar su propio avistamiento. Según este denunciante, que desea mantener el anonimato, un objeto con forma de cubo estaba evolucionando a unas 30 millas de la Torre de Control, a unos 6000 pies de altura, descendiendo de pronto 3000 pies en un segundo.
Independientemente de este caso anónimo, los controladores del Centro de Control Aéreo de Sevilla ha protagonizado algunos de los incidentes OVNI más extraordinarios.
Nos desplazamos hasta allí para interrogar a varios controladores aéreos y radaristas, así como al Jefe de Torre y Director del Aeropuerto. Todos ellos se mostraban absolutamente abiertos al fenómeno OVNI. "Como no vamos a creer en los OVNIs -declaraba Pablo Morales- después de las cosas que hemos visto aquí".
Pedro Morales, como Juanjo Bianchi, o el Jefe de Control Fernando López, nos contaron sus numerosas experiencias personales en torno a los OVNIs. Aunque sin duda, la más extraordinaria de todas, se produjo a mediados de los años 70, cuando al menos 3 tripulaciones de aviones en vuelo notificaron a "El Judío", como se conoce popularmente el Centro de Control de Vuelo de Sevilla, la presencia de un Objeto No Identificado con forma de "Platillo Volante". Desde la Torre de Control observaron pocos minutos después un objeto luminoso que se acercaba a la cabecera de pista, y creyendo que se trataba de uno de los aviones que debía tomar tierra en Sevilla, encendieron las luces de la pista.
Para su sorpresa el objeto pasó sobre las instalaciones aéreas a gran velocidad y sin aterrizar... No era un avión, era el OVNI que las tres tripulaciones acababan de reportar a la Torre de Control.
Sin duda, esa invasión tan directa de las aerovías comerciales, y del espacio aéreo civil por objetos no identificados supone un riesgo para la aviación civil. Y este es uno de los factores que obliga a mantener un discreto silencio en torno a este tipo de incidentes por parte de los controladores aéreos. Así nos lo explicaba Marcos Tellería, Jefe de Torre del Aeropuerto de Labacolla en Santiago de Compostela, con mas de 40 años de experiencia en el control aéreo.
Marcos Tellería vivió una experiencia personal desde la misma Torre de Control y así lo narraba:
"Eran aproximadamente las 22:30 yo estaba abajo, en mi oficina y me advirtieron de que tres objetos extraños estaban estacionados cerca del aeropuerto. Salí afuera y efectivamente allí estaban. A mi lado estaba Recado, el meteorólogo del aeropuerto, que coincidía conmigo en que aquello no era nada conocido por nosotros".
"Eran aproximadamente las 22:30 yo estaba abajo, en mi oficina y me advirtieron de que tres objetos extraños estaban estacionados cerca del aeropuerto. Salí afuera y efectivamente allí estaban. A mi lado estaba Recado, el meteorólogo del aeropuerto, que coincidía conmigo en que aquello no era nada conocido por nosotros".
Al mismo tiempo, desde la Torre de Control, el controlador de servicio, Manuel Pérez, observaba exactamente lo mismo que su Jefe de Torre y el meteorólogo. También nos entrevistamos con él:
" Acababa de entrar en mi turno, por eso recuerdo la hora. De pronto los vi a través del ventanal de la Torre. Eran tres focos muy luminosos que variaban de color y estaban estáticos en el aire".
" Acababa de entrar en mi turno, por eso recuerdo la hora. De pronto los vi a través del ventanal de la Torre. Eran tres focos muy luminosos que variaban de color y estaban estáticos en el aire".
Todos ellos coincidían en la inquietud que les producía la presencia de esos tres objetos desconocidos, estáticos, tan cerca de las instalaciones del aeropuerto. Resulta comprensible por el riesgo potencial que la presencia de esos objetos no controlados podría suponer para la aviación civil.
Un ejemplo sumamente conocido y elocuente en ese sentido lo supone el famosísimo "Incidente de Manises".
El 11 de noviembre de 1979 un Supercaravelle de la compañia TAE se vio obligado a hacer un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Valencia, ante la peligrosa proximidad de un OVNI al avión.
Nos desplazamos a Valencia y Barcelona para recoger los testimonios de los controladores aéreos implicados. Por un lado Javier Alonso, el controlador que coordinaba el vuelo del Supercaravelle, nos confirmaba la tensión de aquella insólita situación:
"Recuerdo que el Comandante Lerdo de Tejada estaba visiblemente asustado. A medida que hablábamos se notaba que su inquietud iba en aumento, ya que aquellas luces que se acercaban a su avión no podían ser identificadas por nosotros, hasta que decidió tomar tierra".
El 11 de noviembre de 1979 un Supercaravelle de la compañia TAE se vio obligado a hacer un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Valencia, ante la peligrosa proximidad de un OVNI al avión.
Nos desplazamos a Valencia y Barcelona para recoger los testimonios de los controladores aéreos implicados. Por un lado Javier Alonso, el controlador que coordinaba el vuelo del Supercaravelle, nos confirmaba la tensión de aquella insólita situación:
"Recuerdo que el Comandante Lerdo de Tejada estaba visiblemente asustado. A medida que hablábamos se notaba que su inquietud iba en aumento, ya que aquellas luces que se acercaban a su avión no podían ser identificadas por nosotros, hasta que decidió tomar tierra".
Cuando el avión realizó el aterrizaje de emergencia en Valencia, el director del aeropuerto era D. Miguel Morlan, quien pudo observar personalmente los OVNIs:
"Efectivamente cuando Lerdo de Tajada pidió permiso para hecer el aterrizaje de emergencia -declara Morlan- todos salimos fuera del Centro de Control, y pudimos ver unas luces extrañas detrás del avión...".
"Efectivamente cuando Lerdo de Tajada pidió permiso para hecer el aterrizaje de emergencia -declara Morlan- todos salimos fuera del Centro de Control, y pudimos ver unas luces extrañas detrás del avión...".
© Carballal 1991
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