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¿QUIÉN FUÉ CARLOS CASTANEDA?

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OVNI: LA TECNOLOGÍA SECRETA




Era un caluroso día de verano en 1989. Byron Aughenbaug se encontraba estacionado en una gasolinera de la pequeña población de Tonopah, en Nevada. De pronto, escuchó un ligero sonido agudo que provenía del cielo. Instintivamente, alzó la vista.



Atónito, Mr. Aughenbaug pudo contemplar el majestuoso vuelo de un extraño artefacto oscuro, de apariencia casi triangular que no se parecía a ningún avión convencional. Afortunadamente, Byron llevaba en su coche una cámara fotográfica con una buena lente de aumento que le permitió inmortalizar aquel extraño objeto volante.

Las fotos de ese objeto, técnicamente un OVNI (en tanto el fotógrafo desconocía la naturaleza del mismo) suponen una excelente evidencia gráfica de esos "otros OVNIs" terrestres.

Byron Aughenbaug, al igual que centenares de americanos de la zona, había podido observar los vuelos experimentales de sofisticados prototipos aeronáuticos. En este caso, el fantástico caza-bombardero Lockheed F-117A Stealth Fighter era el responsable de ese avistamiento OVNI.

Estas anécdotas forman parte de un lado casi desconocido del fenómeno OVNI. Es un hecho que dichas historias han sido siempre consideradas MATERIA RESERVADA por los gobiernos de todo el mundo. La mayor parte de los aficionados lo han considerado como un indicio de que los gobernantes conocían el origen extraterrestre del fenómeno. Es posible. Aunque yo no comparto esa opinión, al menos en el aspecto meramente técnico de la HET (Hipótesis ExtraTerrestre), lo demostrado es que tras esa calificación TOP-SECRET se han ocultado otro tipo de secretos no necesariamente relacionados con alienígenas.


Desde los platillos volantes del Reich hasta la actualidad, han sido infinidad los prototipos secretos, nuevas armas y extrañas aeronaves que se han ocultado bajo la clasificación de OVNIs.

En el número 615 de la Revista de Aeronáutica y Astronáutica editada por el Ejército del Aire español, el Tte. Coronel Angel Bastida publicaba la "versión oficial" del Ministerio del Aire sobre la desclasificación de los informes sobre OVNIs que el Ejército reconocía poseer. En dicho artículo, el Tte. Coronel argumentaba que determinada información de esos expedientes podría mantenerse aún como materia reservada por "razones fáciles de comprender" que podrían afectar a la seguridad nacional. Esas revelaciones podrían ser las referentes a la localización de sistemas defensivos o de radar, frecuencias de ubicación o "prototipos de aeronaves cuya divulgación no sea procedente". Y es que constantemente las agencias de inteligencia y los ejércitos de todo el mundo han escondido prototipos experimentales tras la excusa OVNI. El mismo Bastida, en una entrevista personal, insistía en este punto asintiendo a mi sugerencia de que algunos casos OVNI de los archivados por el Ejército español pudieran obedecer a esta causa.

Curiosamente, y de nuevo en la misma revista, el ingeniero aeronáutico José Antonio Martínez Cabeza publica un extenso artículo sobre aeronaves y prototipos secretos bajo el sustancioso título de "OVNIs del más acá". Curiosa... ¿coincidencia?

"Suena a ciencia ficción, pero, según testimonios de diversos observadores, entre los que se cuentan científicos, pilotos de líneas aéreas e ingenieros, parece confirmarse el hecho de que objetos volantes no identificados de espectaculares características, y no precisamente extraterrestres, surcan con cierta asiduidad los cielos de California y Nevada..." 

Así comenzaba José Antonio Martínez el citado artículo sobre los OVNIs, y no le faltaba razón.

Como es lógico, ningún ejército revela a sus contribuyentes cuál es su tecnología punta. La labor de las agencias de inteligencia es, precisamente, la de conocer los adelantos tecnológicos del "enemigo" y ocultar los propios del conocimiento público. La historia del espionaje militar está llena de estos ejemplos.

Año 1983. Los radares primarios detectan un objeto volante que se acerca al Océano Indico, exactamente a 550 km. de las islas Cocos. La marina y la fuerza aérea australiana han detectado ese OVNI igual que ha localizado siete navíos rusos en la zona.

Tras completar otra órbita a la Tierra, el objeto inicia la reentrada en la atmósfera precipitándose hacia el mar. Cuando un Lockheed P-3C Orión de las Reales Fuerzas Aéreas Australianas sobrevuela la zona para investigar, puede observar y fotografiar... el rescate del prototipo experimental de la lanzadera espacial soviética, uno de tantos proyectos secretos que el ejército ruso venía experimentando desde los años 60.

Más recientemente, en 1992, los medios de comunicación de todo el mundo se hacían eco de una noticia similar : "Lo que la CIA consideró un OVNI durante 15 años, era un arma secreta rusa". Así rezaban los titulares que se referían a un sofisticado "avión submarino" soviético. Este sorprendente artefacto, una especie de hidroavión anfibio, había sido catalogado como OVNI y OSNI (Objeto Submarino No Identificado) en repetidas ocasiones. Se trata de un submarino espía provisto de unas alas plegables las cuales, una vez que sale a la superficie, le permiten despegar del agua como un hidroavión normal...

Por no hablar de los "Platillos volantes" soviéticos, de una gran variedad de diseños a lo largo de la historia, de los que se ocupó recientemente la revista técnica Moledase.

La lista de ejemplos sería interminable. Y no sólo se ha limitado la manipulación OVNI militar a sofisticados prototipos experimentales. En otras ocasiones, experimentos de balística con misiles convencionales, o experiencias para comprobar el impacto sociológico en la población civil, se han hecho pasar por avistamientos OVNI para evitar delicadas cuestiones diplomáticas. Resulta más fácil calificarlo como un fenómeno inusual que el desacreditado mito extraterrestre ya se encargará de ridiculizar, que dar explicaciones sobre la invasión del espacio aéreo nacional por misiles o aeronaves extranjeras carentes de permisos oficiales. 

La desintegración de la ex-Unión Soviética, por citar un solo ejemplo, está arrojando luz sobre algunos documentos que han permanecido en el más sepulcral secreto militar durante décadas. Algunos de ellos, como la experimentación de los efectos de una explosión nuclear sobre tropas, e incluso personal civil de la misma URSS, levantaron gran polémica a principios de 1994. Pero otros documentos revelaban que los rusos utilizaron durante muchos años el misterio que rodea los OVNIs para ocultar maniobras de interés militar. Según esas informaciones, casos tan clásicos en la historia de la ufología como el llamado "OVNI medusa de Petrozavodsk", avistado y fotografiado en septiembre de 1977, y del que dio buena cuenta la agencia Tass difundiendo la observación por todo el mundo, correspondió realmente al lanzamiento de un satélite espía.

Llegado este punto, no puedo resistir la tentación de reproducir parcialmente, un artículo publicado en 1990 por el investigador y buen amigo, Josep Guijarro, a raíz de un macroavistamiento OVNI en Cataluña y Sur de Francia que yo mismo había tenido la oportunidad de investigar:

"Si ya de por sí el fenómeno OVNI es complejo de estudiar, añadámosle una dosis de "cortina de silencio", experimentos sociológicos que se desarrollan en secreto, inexperiencia en la observación de la bóveda celeste e inexactitudes en la descripción de los fenómenos por parte de los sufridos testigos. Se comprende que con tal maremágnum de acciones convergiendo en un mismo fenómeno, manifestarse en pro o contra de un caso es nada menos que un suicidio profesional. Digo esto, no porque me haya inyectado adrenalina ni por beber más de la cuenta, sino porque hay "juegos" ante los que algunos no podemos permanecer impasibles. Claro que todavía no he explicado a qué me refiero...

"Muchos recordarán el polémico caso del "OVNI del Tibidabo" el 6 de marzo de 1989. En aquella ocasión se habló de inversión térmica. Pero, insisto en que, como ya publiqué en su día, tal fenómeno no provoca luces. Bien; siete días más tarde, un joven pudo observar, mientras acompañaba a su novia a la urbanización de San Hilario, en Abrera (Barcelona), un fenómeno de iguales características. Y de nuevo, una semana después, la prensa catalana y la francesa se hacían eco de otro macroavistamiento que, en palabras de un testigo de Gerona, "sería como un balón de fútbol, una luz muy clara en dirección al cielo. Esa cosa tuvo que salir del suelo".

"La trayectoria del objeto fue Oeste-Este, siendo visto a partir de las 20:00 (ya oscuro en esa época del año). Iba dejando tras de sí una nube fosforescente que fue desapareciendo poco a poco. Cientos de personas que vieron el espectáculo no dudaron en hablar de OVNI. La prensa matutina despertó con titulares como:

- AVUI: "Varios OVNIs visitan Cataluña"

- LE PROVENÇAL: "Bola de fuego en el cielo de Provenza".

- VAUCLUSE MARTIN: "Extraños objetos en el cielo", etc.

"Ese día tampoco hubo inversión térmica, ni plasma eléctrico, ni nubes que pudiesen favorecer la refracción de un láser de discoteca. Y, naturalmente, tampoco hubo declaraciones por parte de ningún estamento oficial. El caso hubiera pasado a los archivos de la casuística OVNI de un carpetazo, pero no fue así. El solitario investigador Manuel Borraz tuvo la sagacidad de escribir al Ministerio de Defensa francés inquiriendo por este tema, y recibió una carta en contestación del ingeniero Claude Roux respondiéndole como sigue:

"El Centre d'Essais des Landes, efectivamente, procedió en la tarde del 21 de marzo al lanzamiento de un misíl balístico. Le adjunto fotocopias del artículo que apareció en nuestro boletín interno relativo a esta cuestión; relata las reacciones de la prensa del sudeste francés, puesto que allí el fenómeno fue muy visible. Esperando que estas precisiones puedan responder a vuestra pregunta..."

Y continúa Guijarro, con creciente indignación:

"El ensayo balístico formaba parte de una operación llamada NAJA, con dos objetivos:

1º Comprobar el efecto de un tiro a gran altura.

2º La hora elegida (puesta de sol) facilitaba ciertas observaciones ópticas.

"La operación NAJA era un claro intento de ver la reacción pública frente a un fenómeno anómalo. Esto es lo indignante: ser utilizado como cobayas de experimentos cuyos resultados podemos deducir a priori.

"El lanzamiento se produjo a las 19:30 ó 20:00, y dejó tras de sí una luminosidad de un blanco intenso que destacó sobre el azul profundo del cielo alrededor de 40 grados con respecto al horizonte. ¿Cómo interpretar esto? Se piensa inmediatamente en un avión, pues se sitúa en el plano horizontal. Por analogía inmediata e inconsciente, el observador ve una trayectoria que viene hacia él y, con toda su buena fe, cree que es algo que le sobrevuela. El UFO, a medida que gana altura, describe un zig-zag. "He aquí --dice el General para el Armamento-- como una realidad psíquica pasa por el filtro de nuestra interpretación y puede crear un fenómeno curioso."

La verdad es que la indignación de Joseph Guijarro es más que comprensible. Si ya bastante complejo es el fenómeno OVNI y su investigación, la utilización de los ciudadanos como "conejos de indias" para experimentos militares de índole sociológica disfrazados de OVNI, no viene más que a crear una nueva confusión.

Pero hay más. Independientemente de estas pruebas sociológicas, hay otras muchas maniobras y operaciones secretas militares que se han ocultado tras la máscara de "NO IDENTIFICADO", con lo que se evita tener que dar respuestas al contribuyente. Al fin y al cabo ¿qué se tomará más en serio: una visión de un OVNI o las maniobras militares sobre una población civil?

A la hora de escribir estas líneas, regreso de un viaje por el sur de España tras investigar lo que en toda la prensa y televisión del país se publicitó como un OVNI. Sobre Huelva, Sevilla y otros puntos de la geografía andaluza, una "nave nodriza" había evolucionado descaradamente y a plena luz, "saliendo otras naves más pequeñas de la nave madre".

Yo mismo había recogido en viajes anteriores fotografías y dos vídeos diferentes del objeto tomadas por testigos de diferentes poblaciones.

En esta ocasión las pesquisas, cuya pista he de agradecer a Manuel Gómez Ruiz, me llevaron a varios pueblos de Sevilla desde donde se habían hecho los avistamientos. Y tuvieron ocasión de verlo con detalle, ya que el "OVNI" se estrelló en uno de estos pueblos, El Coronil. En los cuartelillos de la Guardia Civil nos confirmaron que habían recibido la llamada de "los militares" con el fin de que estuvieran preparados para la caída del objeto. Poco después de caer éste, efectivos militares "que hablaban en inglés y raro" --según los vecinos que lo presenciaron-- acordonaron la zona recogiendo rápidamente todo resto del "OVNI". 

No, no se trataba de "ufo-crashes", sino de la caída a tierra de un globo aerostático para experimentación militar cuya finalidad se desconoce. Tampoco se había notificado a la prensa la presencia de ese objeto, como es obligación del Ministerio de Defensa. Cada vez que se realizan experimentos balísticos, lanzamiento de misiles, o experiencias similares en las bases de Rota, Morón, etc, se notifican dichas pruebas a la población civil a través de la prensa local. Eso no ocurrió ese día, y todavía hoy la comunidad ufológica considera el misterioso experimento militar como un OVNI.

Lo cierto es que ni siquiera cuando los experimentos se efectúan en el territorio nacional, se dan tales explicaciones a la ciudadanía. Amparados en la "seguridad nacional", las agencias de información mantienen el más sepulcral silencio sobre sus experimentos, y éstos terminan muchas veces en los archivos de los ufólogos clasificados como OVNIs.

En 1975 se produjeron muchos incidentes de este tipo en USA. Una tarde, por ejemplo, una unidad móvil de radar detectaba en California un eco no identificado. Ese OVNI, que parecía provenir de la Base Aérea de Edwards, volaba a 740 km/h. De pronto, hizo un brusco giro y desapareció de la pantalla de radar... El caso se clasificó como "no identicado", y sólo años después el Gobierno reconoció que aquel incidente estaba causado por el avión Stealth, uno de los prototipos de avión invisible al radar, en vuelo de prueba. Parecía que el sector más prudente del ejército norteamericano no deseaba informar a sus compañeros de sus progresos en la tecnología de armamento "por temor al espionaje enemigo..."

Los trabajos de investigación en invisibilidad al radar se iniciaron oficialmente en los años 60. Y las dos grandes estrellas de este proyecto -el bombardero B-2 y el caza F-117- fueron auténticos OVNIs para cientos de testigos en todo el mundo.



© Carballal,1991


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