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¿QUIÉN FUÉ CARLOS CASTANEDA?

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LA CONSPIRACION OVNI: ROSWELL Y EL AREA 51




En junio de 1987, durante el congreso anual de MUFON (la más importante asociación civil de estudios OVNI en USA) se hacían públicos los documentos más polémicos en la historia de la ufología: el memorándum Majestic-12. Dicho informe, compuesto por un grupo de ocho microfilms, se presenta como un documento facilitado por el presidente Truman a su sucesor, detallando las autopsias y análisis a cuatro cadáveres alienígenas y a un platillo volante estrellado en Roswell, en julio de 1947. Poco después, esos informes serían desarrollados en un disparatado libro , "The Matrix", que conmocionaría a la ufología mundial: se trataba de la historia de un supuesto pacto secreto entre los alienígenas y el gobierno norteamericano... 


Tres años después, también en el congreso de MUFON, William Moore, conocido escritor y ufólogo norteamericano (coautor de "El incidente" y "El Experimento Filadelfia "), hacía una confesión explosiva. Según su aparente arrepentimiento, llevaba nueve años contratado por los servicios de inteligencia americanos para actuar como "topo" en la comunidad ufológica, transmitiendo a las agencias gubernamentales los descubrimientos más relevantes de los investigadores e intoxicando, a la vez, con información falsa a los interesados por el fenómeno OVNI. Ese día, la ufología mundial dio un giro de 180º, y algunos expertos lúcidos comenzaron a entrever la gran trascendencia que tenía el factor militar en esta disciplina.

Como detalla acertadamente Javier Sierra en "La conspiración OVNI; Historia de un Watergate ufológico" (S.E.P., 1990) el trabajo de intoxicación de William Moore comenzó con el desdichado Paul Bennewitz. 

"Bennewitz, propietario de una pequeña sociedad productora de componentes electrónicos, la Thunder Scientific Company, comienza a ser estrechamente vigilado por los Servicios de Inteligencia de la Base Aérea de Kirtland, a raíz de una serie de experimentos que realizó, a primeros de 1980 con una mujer que fue abducida en mayo de ese mismo año en las inmediaciones de Cimarrón (Nuevo Méjico). Suponía Bennevitz que los extraterrestres que secuestraron a la testigo, le habían implantado una especie de microaparato con el objeto de controlarla a larga distancia, y suponía igualmente que utilizando los medios electrónicos adecuados podría interceptarse la señal que, pretendidamente, partiría de ese ingenio insertado en el cuerpo de la abducida hasta alcanzar la nave alienígena. 


En compañía del Dr. Leo Sprinke, mundialmente conocido por sus investigaciones en este campo, llevó a cabo sus primeros intentos de interceptación. Finalmente, logró captar una señal que, supuestamente, era originada desde el interior de esta persona, pero que luego se vería que procedía de las cercanas instalaciones del almacén de armas nucleares de Manzano, en el interior de la Base Aérea de Kirtland. Esto, unido a los extraños avistamientos de luces no identificadas entrando y saliendo de esta base, llevó a Bennevitz a pensar que los alienígenas se habían instalado en aquella zona militar restringida. (?) 

Paralelamente, los militares de Kirtland -que por aquel entonces se encontraban trabajando en los preliminares de la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) o "Guerra de las Galaxias"- detectaron que un "topo" se había colado en su sistema informático...y el intruso no era otro que un ciudadano llamado ¡Paul Bennevitz! Fue entonces cuando APOSI contactó con Moore para espiar a Bennevitz, y, tras cerciorarse de su afición por la ufología, decidió suministrarle todo tipo de información aberrante sobre pactos entre los extraterrestres y las Fuerzas Armadas para que sus afirmaciones de que había detectado "algo raro" en Kirtland no despertaran las suspicacias de los rusos, con el aliciente añadido de un momento histórico en el que el mundo vivía todavía los estertores de la guerra fría". 

Los rumores del pacto secreto de USA con los alienígenas se extendió rápidamente. ¿Qué otra explicación podía tener que las señales recibidas a través del implante hecho a un abducido proviniesen de una base militar americana? 

El "tratamiento" de intoxicación con el que sometieron las agencias de inteligencia a Bennevitz funcionaron a la perfección, y el "espía" terminó sufriendo tratamiento psiquiátrico. "El Gobierno volvió loco a Bennevitz -terminó confesando Moore- para detener todo el proceso..." 

A ese incidente siguió una vasta campaña de desinformación por parte del Gobierno norteamericano contra la comunidad ufológica. Desinformación que aún continúa. Pero el daño ya estaba hecho. El descubrimiento de Bennevitz abría una puerta a un aspecto estremecedor del fenómeno OVNI: la manipulación de la población civil tras el mito extraterrestre... 

Sería demasiado complejo sintetizar todos esos manejos en estas líneas, que sólo pretender invitar a la reflexión al lector. Son muchos los aspectos de este entramado que se ha tejido en torno a la ufología desde sus orígenes en los años 40, e incluso antes. Pero sí conviene citar algunos aspectos especialmente significativos. Con esta nueva dimensión, de tipo "espionaje-militar" del fenómeno OVNI, surgieron casos muy significativos, aunque tal vez erróneamente interpretados. 

Una de las "pruebas" del pacto entre USA y las EBEs (Entidades biológicas Extraterrestres), fue encontrada por los ufólogos en la ultrasecreta base aérea de Groom Lake conocida como "Area 51" 

El número correspondiente a marzo de 1994 de la revista científica amercana "Popular Science" dedicaba toda su portada precisamente al "Area 51". En el extenso artículo que publicaba esta revista tan poco sospechosa, se hacía eco de la observación de extrañas aeronaves que se habían visto sobrevolando la zona. En los alrededores de Groom lake se organizaron auténticos turnos de vigilancia ufológica que, tras horas de escrutar los cielos, ha dado sus frutos con fotos y filmaciones de aeronaves no convencionales. 

Aunque algunos personajes, como el polémico físico Bob Lazar aseguran que tras haber sido contratados para trabajar en la base como personal de mantenimiento, llegaron a ver naves discoidales "una de ellas -decía Lazar- similar a las fotografiadas por Billy Meier" 

La historia es más larga y compleja. Pero elementos como las "comunicaciones" entre el implante de la abducida y la base Kirtland, detectados por Bennewitz, o los "platillos" y otras naves no convencionales observados en el "Area 51", son prueba evidente para algunos ufólogos norteamericanos de que el gobierno ha hecho un pacto con los alienígenas para intercambiar tecnología extraterrestre a cambio de un "permiso de abducción". 

Quizá, sólo quizá, la respuesta pueda ser mucho más sencilla. Quizá los "platillos" y los OVNIs triangulares sean, sencillamente, aeronaves sofisticadas, pero terrestres. Y quizá las abducciones -o algunas abducciones- sean experiencias ilegales de manipulación genética por parte de científicos militares. O quizá... 



© Carballal,1991



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