Prosiguen las investigaciones:
Sucesos como los enmarcados en el contexto de la oleada OVNI ocurrida en Galicia en 1996, así lo indican. Aquella “fiebre” ufológica se inició con la filmación de un extraño artefacto volante por las cámaras de seguridad de un cuartel del Ejército de Tierra en As Gándaras (Lugo).
A este caso siguieron otros muchos que terminaron por confirmar el interés de las fuerzas de seguridad del Estado por el fenómeno. Es más, al hilo de esta última oleada, que desde Galicia se extendió al resto del país, se han llegado a producir varios casos en los cuales supuestos OVNIs se han estrellado en territorio español.
También estos casos, amparados bajo la cortina OVNI, aunque bien pudieran tener un origen terrestre, han sido ocultados. Por no hablar de otras tramas ufológicas aún más complejas y que sugieren que queda mucha información OVNI sepultada en los archivos oficiales de diferentes servicios secretos y cuerpos militares.
Algo está cambiando:
En julio del año 2000, y en el curso de verano sobre servicios secretos organizado por el CESID (Centro Superior de Investigaciones para la Defensa) en la Universidad Complutense, el mismísimo director del cuerpo Javier Calderón se permitió hacer unas declaraciones sobre los OVNIs, aprovechando la presencia en la sala de conocidos ufólogos como J. J. Benítez, Miguel Pedrero o José Mª Lesta...
“En caso de que estén tripulados, tal y como nosotros los hemos percibido, no representan una amenaza y se trataría de una visita pacífica, por lo cual no son competencia directa nuestra”, aseguró en su exposición sobre el tema, efectuada en un tono que denotaba conocimiento del asunto, el número uno de los espías españoles.
Proceso de investigación oficial:
“En caso de que estén tripulados, tal y como nosotros los hemos percibido, no representan una amenaza y se trataría de una visita pacífica, por lo cual no son competencia directa nuestra”, aseguró en su exposición sobre el tema, efectuada en un tono que denotaba conocimiento del asunto, el número uno de los espías españoles.
Proceso de investigación oficial:
El 3 de marzo de 1979, la Junta de Jefes del Estado Mayor del Aire decidió clasificar como “materia reservada” toda la información OVNI. Entonces, actualizando una normativa previa de 1968, se expusieron a los diferentes mandos en destacamentos militares cuáles eran los pasos a seguir para la investigación oficial de un avistamiento OVNI. La normativa se reelaboró tras la aprobación de la desclasificación de los informes oficiales en abril de 1992 bajo el epígrafe IG-40/5.
El informe explica que tras producirse un caso OVNI que interese a los militares, deberán ser las autoridades correspondientes las encargadas de nombrar un juez-instructor. Serán los investigadores oficiales los responsables de recopilar toda la información posible sobre el caso en cuestión (testimonios, información meteorológica, aeronáutica...).
Una vez efectuado el informe oficial, y estampadas las conclusiones, la información se centralizará en el MOA, en donde se iniciará un lento proceso para determinar si la información que incluye el expediente afecta o no a la seguridad nacional. En caso negativo, el informe secreto será desclasificado y puesto a disposición pública. Curiosamente, desde 1998 no se ha desclasificado ningún informe. Sin embargo, el Ejército del Aire no ha dejado de efectuar investigaciones.
Una vez efectuado el informe oficial, y estampadas las conclusiones, la información se centralizará en el MOA, en donde se iniciará un lento proceso para determinar si la información que incluye el expediente afecta o no a la seguridad nacional. En caso negativo, el informe secreto será desclasificado y puesto a disposición pública. Curiosamente, desde 1998 no se ha desclasificado ningún informe. Sin embargo, el Ejército del Aire no ha dejado de efectuar investigaciones.
Los expedientes “perdidos”
Fue un pequeño gran escándalo. En abril de 1992, el teniente-coronel de Mando Operativo Aéreo (MOA) Ángel Bastida, encargado del proceso de desclasificación, afirmó que “si existen más documentos OVNI de los que se van a desclasificar, éstos se habrán perdido o extraviado”. Y es que según algunos investigadores, el Ejército español podría tener en sus archivos más de 300 expedientes secretos, de los cuales sólo un centenar han visto la luz.
La pregunta, desestimada la simplona excusa oficial, es obvia: ¿dónde están esos documentos aún clasificados? El Ejército niega su existencia, sin embargo, existen pruebas puntuales de que las investigaciones han proseguido. El caso ocurrido el 26 de mayo de 1996 en Zaragoza, cuando miles de testigos vieron y filmaron las evoluciones de un objeto esférico anaranjado sobre el cielo de la ciudad durante hora y media, es un buen ejemplo.
Se propuso la hipótesis de que aquello hubiera sido provocado por bengalas del Ejército de Tierra, ya que el supuesto OVNI se encontraba sobre la vertical del polígono de maniobras de San Gregorio, en las afueras de la capital del Ebro.
Además, horas antes de la observación, habían finalizado los ejercicios. Pero la investigación efectuada por quien esto escribe arrojó una nueva pista: entre los miles de testigos se encontraban varias decenas de soldados. Pensaron, al ver la luz sobre el horizonte, que se trataba de un vehículo militar que –extrañamente- se habían dejado en el polígono durante los ejercicios.
Además, horas antes de la observación, habían finalizado los ejercicios. Pero la investigación efectuada por quien esto escribe arrojó una nueva pista: entre los miles de testigos se encontraban varias decenas de soldados. Pensaron, al ver la luz sobre el horizonte, que se trataba de un vehículo militar que –extrañamente- se habían dejado en el polígono durante los ejercicios.
Con objeto de enmendar la plana, parte de aquellos soldados decidieron montar en un jeep e ir en busca del “vehículo”. Pero fue imposible: cuando se aproximaban aquel objeto esférico se elevó sobre el suelo pudiendo ser observado desde la ciudad por miles de personas.
Pues bien, el 30 de septiembre de ese año 1996, aquellos soldados presentaron su testimonio ante una comisión militar que investigaba los hechos. El Ejército, sin embargo, sigue sin reconocer la existencia del expediente correspondiente.
Pues bien, el 30 de septiembre de ese año 1996, aquellos soldados presentaron su testimonio ante una comisión militar que investigaba los hechos. El Ejército, sin embargo, sigue sin reconocer la existencia del expediente correspondiente.
© Carballal, 1997
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